BGV es un fondo de capital de riesgo con sede en Silicon Valley que invierte en Enterprise Software. Al instalar su nueva oficina en la Región Parisina, el equipo de BGV quedó impresionado por el apoyo y las oportunidades que ofrece la región, incluidas las redes de contacto con las startups y empresas más relevantes. Pero el motivo de mayor peso que convenció a BGV para elegir la Región Parisina e instalar su centro europeo es que alberga un auténtico vivero de talento, así como por un firme espíritu emprendedor cada vez más arraigado en los modelos de negocio de Francia. Hemos tenido el placer de charlar con Sarah Benhamou, directora de BGV Europa e Israel para que nos cuente más cosas sobre la huella internacional de la empresa.
 

¿Podría contarnos en pocas palabras a qué se dedica BGV y cómo es la relación con el ecosistema de la French Tech?

BGV es un fondo de capital de riesgo en fase temprana con sede en Silicon Valley que invierte en Enterprise Software, en concreto, en soluciones verticales de inteligencia artificial, de nube programable y de seguridad nativa en la nube. Estamos especializados en inversiones transfronterizas, prestando apoyo a empresas creadas en cualquier parte del mundo para que desarrollen su expansión a EE. UU. Tratamos de conseguir acuerdos en Europa, preferentemente en el ecosistema francés, Israel e India. Cabe destacar que el equipo tiene ADN francés, ya que dos de nuestros socios generales, Eric Benhamou y Eric Buatois que viven en EE. UU., y yo misma somos franceses. ¡Ya hemos hecho varias inversiones en Francia y esperamos que vengan muchas más!

¿Qué les llevó a abrir una oficina «voladora» en la Región Parisina y qué tipo de asesoramiento han recibido por parte de la Región Parisina?

Estamos convencidos de que Francia ofrece oportunidades de inversión muy interesantes y siempre es mejor contar con un equipo in situ. Si no estás aquí físicamente, resulta más difícil enterarte de qué se cuece. Yo soy la persona encargada de pasar más tiempo en París, cuando vengo, me reúno con los emprendedores y mis compañeros del fondo. La Región Parisina nos ha prestado todo su apoyo y nos ha facilitado ponernos en contacto con las startups más importantes y establecer relaciones entre las empresas de nuestra cartera con otras corporaciones.

¿Qué repercusiones ha tenido la COVID-19 para su empresa?

La COVID-19 ha cambiado definitivamente nuestra forma de trabajar y de aprovechar el tiempo. Dependiendo de la personalidad de cada empleado, estos cambios se pueden percibir como negativos o positivos. Pasamos una gran parte del tiempo en Zoom. Lo de viajar se ha complicado, es prácticamente imposible, pero esperamos poder contar con la presencia de, al menos, un miembro del equipo de BGV en cada punto geográfico en el que tenemos interés para poder seguir reuniéndonos con los emprendedores cuando sea necesario. Por lo general, a las empresas de nuestra cartera les está yendo bien, ya que la COVID-19 está acelerando sustancialmente el crecimiento de las SaaS. Más Zoom, más colaboración, más comercio electrónico, más venta digital, más transformación y automatización digital, más infraestructura web... ¡de los que surgen nuevas oportunidades de negocio!

Parece que las empresas emergentes francesas han resistido bastante bien la crisis sanitaria, probablemente gracias al plan de respuesta frente a la COVID-19 del Gobierno francés y de la Región Parisina. ¿Está de acuerdo?

¡Por supuesto! El Plan francés de Recuperación ha reducido la presión derivada de la falta de ingresos en el caso de las empresas que se han visto obligadas a interrumpir su actividad como consecuencia de la COVID-19.

La Región Parisina está madurando para convertirse en un ecosistema para startups capaz de generar un impacto para atraer talento y financiación extranjeros. De hecho, los estudios incluso corroboran que Francia recibe más financiación procedente de fondos de capital de riesgo que sus vecinos europeos. ¿Cómo se explica este éxito?

Al cabo del tiempo, los inversores extranjeros han terminado adquiriendo una percepción muy positiva de los emprendedores y startups franceses. . Una gran OPI e importantes salidas han acabado con el sesgo negativo. Además, la mentalidad de los franceses también ha cambiado, ahora muestran un espíritu empresarial más sólido y una creciente ambición internacional. Y Francia es un auténtico manantial de talento altamente formado. El país es reconocido por sus competencias científicas y tiene experiencia más que suficiente para desarrollar la tecnología más innovadora por medio de centros de investigación de renombre como el INRIA o el CNRS. El ecosistema también está madurando a pasos agigantados, impulsado por una densa red de incubadoras, aceleradoras y un número creciente de fondos de capital de riesgo, que prestan su apoyo a ideas brillantes para posicionarse como líderes mundiales.

¿Con qué tres palabras describiría la actividad empresarial en la Región Parisina?

¡Apoyo, contactos y profesionalidad!